mayo 15, 2023

Categories: Emprendimientos - Ideas

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Aproximadamente un mes atrás, me encontraba planificando contenidos para redes de Juba y entre los contenidos, estaba la idea de realizar un posteo sobre las últimas tendencias en redes sociales e internet.

Este posteo hacia mención, entre otras cosas, a los filtros de realidad aumentada, a cómo el audio y video continuaban transitando un crecimiento exponencial y también, al surgimiento de nuevas configuraciones de campañas de publicidad online y cómo afectarían las compras en el próximo hotsale (próximamente les contaremos, estén atentos a las redes de Juba 😉 Sin embargo, con el pasar de los días el posteo iba perdiendo relevancia en cuanto a calidad de contenido por una nueva tecnología que venía a posicionarse en el puesto número uno de las tendencias: la inteligencia artificial.

De a poco la IA (inteligencia artificial) se convirtió en un tema recurrente, de diálogo y opinión en todos los ámbitos en los cuales desarrollo mis rutinas cada día y, gracias a los algoritmos también en tema recurrente en diversos posteos de la sección noticias en mis redes sociales. Reels, memes, charlas de café, notas periodísticas, videos de tiktok, comentarios en grupos de whatsapp… Todos dirigían su atención hacia ella.

La IA, apareció en el centro de atención y nos comenzó a mostrar sus aptitudes para resolver todo tipo de tareas, que no es intención describir en este artículo pero, entre las que podemos mencionar la creación automática de imágenes, edición de videos, automatización de procesos, creación de todo tipo de contenidos, planificaciones de negocio, armado de presentaciones, etc.

Y frente a este panorama era de esperar que surgiera el temor, o al menos el cuestionamiento, de muchas personas sobre cómo impactaría realmente en el ámbito profesional y cultural actual. Muchas de las personas con las que mantuve diálogo sobre el tema, me planteaban el fin de algunas profesiones como la del diseñador gráfico, el filmmaker profesional, los project manager, los estrategas del marketing y hasta los escritores!

Sin embargo, en contraposición también me encontré con personas que coincidieron en que las herramientas de la IA son inexactas ya que seleccionan información basada en escritos o “charlas” con humanos, realizan composiciones visuales predeterminadas o desarrollan estrategias con reglas estandarizadas, es decir, no cuenta con la subjetividad propia de un ser humano; y en consecuencia afirman que esta “moda” llegó para entretenernos un rato y luego todos seguiremos nuestro rumbo sin mayores cambios.

En lo personal, creo que ambos bandos -los entusiastas y los oponentes- poseen argumentos válidos para fundamentar sus teorías. Es una realidad, que muchas tareas se ven facilitadas y/o automatizadas gracias a la IA; sin embargo, quisiera hacer mención a unos acontecimientos pasados que me resuenan respecto a este tema y que son sobre los que quisiera basar mi reflexión en este artículo.

Por un lado, no puedo evitar hacer un paralelismo del surgimiento de la IA y la aparición hace ya más de 20 años de los primeros programas de diseño gráfico como Corel Draw o la aún vigente (con muchos cambios y actualizaciones) Suite Adobe. Con este avance tecnológico, el fin del diseño gráfico tradicional y de los propios diseñadores gráficos de la época del cutter, la regla T y las estilográficas “era inminente”, sin embargo, conozco muchos profesionales (entre los que recuerdo profesores y hasta yo misma) que debieron adaptarse a estos cambios y no desaparecieron, sino que sólo mutaron profesionalmente para seguir brindando sus servicios apoyados en contenidos teóricos que son válidos independientemente las herramientas que se utilicen.

Otro momento al que me traslada la aparición de la IA, es aquel en el cual comenzaron a surgir programas libres y de muy buena usabilidad como Canva, páginas de templates gratuitos de vectores o hasta la misma plataforma de código abierto para realizar webs aún muy vigente: wordpress. También, podemos mencionar muchas empresas que ofrecen tiendas de e-commerce en un sólo click con una usabilidad increíble o apps para editar videos en tan sólo minutos.

Todos ellos en su momento hacían, según muchas personas, peligrar su futuro profesional.

Sin embargo, tanto los programas de diseño en su momento como todas estas plataformas y aplicaciones que facilitan tareas de creación de diseño, video, webs, tiendas, etc. creo que lejos de hacer desaparecer a los profesionales, inauguraron un nuevo panorama.

Utilizando todos estos recursos podemos ver cómo por ejemplo emprendedores que no pueden acceder a pagar los servicios de un estudio de marketing, diseño o video aprovechan estas herramientas para su negocio y así “profesionalizan” de cierto modo su comunicación o negocio a un bajo costo o a veces, gratuitamente.

Por otro lado, en este contexto los profesionales de todas las ramas se ven obligados a desplegar sus conocimientos teóricos y los resultados que traducen su aplicación para trabajar con negocios más complejos y, al mismo tiempo, deben capacitarse para estar a la altura de los avances y la multitudinaria aparición de tecnologías para ya no sólo desarrollar productos, sino también lograr alcanzar los objetivos comerciales de cada negocio.

Por último, para que estas tecnologías estén disponibles, es necesario que surjan nuevos puestos calificados para desarrollarlas, ¡Ni más, ni menos!
Y es en base a este “diario del lunes” que centro mi opinión: si bien la IA traerá consigo la resolución de muchas tareas para distintas personas, desde mi punto de vista no logrará hacer desaparecer profesionales sino que los obligará nuevamente a capacitarse para no perder vigencia en el nuevo contexto y/o para identificar el mal uso que de ella se hace, pues cito a continuación algunos ejemplos donde a mi punto de vista se encuentran algunas de sus debilidades.

  • Cada empresa de servicios del mismo rubro posee diferenciales que comunicar, particularidades que la diferencian de su competencia, ¿puede la IA reconocer estas particularidades?
  • Podemos pedirle a una IA que separe un objeto de su fondo y lo incluya en uno nuevo automáticamente, pero ¿entiende realmente si ese contexto es en el que debe estar el objeto?
  • Una IA puede “escribir” un artículo, un ensayo o un libro desde cero en poco tiempo, pero ¿cuenta con la sensibilidad, percepción o experiencia de un escritor?

Creo que la IA es una nueva herramienta con mucho potencial que llegó para instalarse y resolver varias tareas pero, que en muchos de los casos no podrá reemplazar profesionales y que además, necesitará de subjetividades que la regulen para lograr que su uso sea el correcto y más beneficioso para todos.

Al fin y al cabo, los profesionales somos humanos y como tales, lejos de ser artificiales, somos reales. ¿Tendré razón? No lo sé, en unos años les cuento 🙂

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